El artículo de este mes es un artículo muy sentido para mí que me ha invitado a meditarlo más tiempo que el habitual. He querido plasmar en él, la importancia de reconocer las heridas del Alma con el fin de reencontrarnos con la autenticidad de nuestro Ser.
En mi caso, esa autenticidad paso, entre otros, por reconocer mi hipersensibilidad una herramienta maravillosa de comunicación que fue durante mucho tiempo una razón de peso para sentirme excluida, incomprendida y muchas veces la loca de la casa cómo a la escritora Rosa Montero le gusta llamarlo.
La hipersensibilidad se manifestó en mi vida desde muy temprana edad a través de lo onírico, sueños muy vívidos que me generaban mucha confusión y miedo sobre todo porque en esa época tenía tan solo 7 años. Al sentirme incomprendida me fui negando a mí misma la posibilidad de seguir soñando y llegada mi adolescencia mi sensación de malestar conmigo, así como con la vida había tomado dimensiones que me sobrepasaban, quería calma y no la tenía, quería tranquilidad y no la encontraba. Me había distanciado de mi Alma, de mí verdadero ser y estaba gobernada por el mental y el ego, y había dejado que el miedo, la inseguridad, la rabia por querer ser “normal” y no poder me gobernaran.
Varios años de soledad, de introspección profunda fueron necesarios para darme cuenta de que estaba dispuesta, aunque con muchos miedos e inseguridades aún, a dar ese paso de reconexión con mi Alma, con mi verdadero Ser.
Abrir esa puerta me permitió comenzar a transitar un camino de reconciliación y de perdón, de escucha profunda de todo mi ser, un momento de búsqueda en la que tuve la dicha de estar bien acompañada terapéuticamente. Es por eso, por lo que sé la importancia que juega el terapeuta en el camino de sanación y muy especialmente en la identificación de las heridas de nuestra alma y de cómo ir sanándolas, transformándolas, transmutándolas desde un lugar lleno de compasión, de perdón para con nosotros mismos.
Como suelo decir, la salida es hacia adentro y por ello te propongo hoy dar un paso más hacia la reconexión contigo, con tu alma, con tu verdadero yo a través de la exploración de las heridas, aprender a reconocerlas, para luego poder sentir donde te encuentras hoy como adulto, que emociones quedan presentes, si utilizas aún alguna de las máscaras para protegerte.
Esta exploración será un paso más que te lleve poco a poco a que tu máscara se debilite y tu corazón se abra. Poder ir quitando las capas y comenzar así a, abrir tus alas, a crear la vida que quieres, a cumplir tu misión de vida, a vivir una vida más auténtica.
«Porque una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma»
Antonia San Juan, Agrado, Todo sobre mi madre
Más allá de explorar las heridas, te invito a tratar de sentir cual está presente hoy día en tu vida, teniendo en cuenta que muchas veces podemos tener más de una herida y, por ende, utilizar más de una máscara.
Herida de rechazo,si reconozco la herida de rechazo en mí, lo que he vivido en mi infancia es que no me han aceptado tal como era por lo que siendo adulto voy a utilizar la máscara de la huida en la cual voy a intentar pasar desapercibida, me voy a desvalorizar, me voy a anular y voy a huir cuando me sienta rechazada. Voy a intentar hacer las cosas muy bien siempre para obtener el reconocimiento voy a aislarme, voy a esconderme, voy a evitar ver a los demás incluso aquellos que me quieren, me voy a sentir rechazada por todo el mundo y voy a vivir con una sensación de no pertenencia.
Herida del abandono, cuando vivo la herida del abandono lo que he vivido en mi infancia es que he tenido padres ausentes ya sea emocional como físicamente, lo que está presente en mí ser es el miedo a la soledad y voy a hacer todo lo posible por llamar la atención y ser amada. Voy a tener una tendencia tolerar las situaciones difíciles en lugar de ponerles un fin voy a tener la tendencia a ponerme la posición de víctima qué necesita la atención, la presencia de los demás en mi vida será condicionada a una relación de codependencia para que el otro no se vaya de mi lado. Así voy a generar situaciones para llamar la atención de los demás ya que me da muchísimo miedo quedarme sola y para esto voy a utilizar la máscara de la dependencia.
Herida de humillación, cuando es una herida de humillación lo que identificó en mí, lo que he vivido en mi infancia es que me han ridiculizado, se han avergonzado de mí, voy a tener tendencia a anular mis necesidades y a centrarme en las de los demás. La culpa y la vergüenza impiden que me acepte, que me cuide, por lo que me va a resultar más fácil ocuparme de los demás qué venir a ocuparme de mí voy a tener tendencia a buscar el dolor y la humillación, la tendencia será a utilizar la máscara del masoquismo
Herida de traición,cuando es con la herida de traición con la que identificó lo que he vivido en mi infancia es que no han cumplido lo que me han prometido, esto me va a llevar a estar en un estado de hipervigilancia constante y a utilizar la máscara del control, ya que tengo que controlar lo que ocurre a mi alrededor para anteponerme al peligro de ser traicionado nuevamente. Voy a vivir así en el miedo de que el otro me pueda mentir voy a ser muy exigente conmigo y con mis relaciones, voy a tener una tendencia a ser muy rígida al emitir mis opiniones, a ser impaciente, voy a tener dificultades a la hora de delegar porque no sé lo que es confiar en el otro.
Herida de injusticia, cuando lo que identificó en mi es esta herida de injusticia, lo que he vivido en mi infancia es que han sido muy fríos y autoritarios conmigo, como adulto voy a tener tendencia a vivir escondiéndome de lo que siento ya que soy muy sensible pero no lo voy a demostrar, me voy a exigir mucho a mí misma porque creo que se me va a apreciar por lo que hago y no realmente por quien soy, voy a tener dificultades a la hora de comprometerme ya que eso va a implicar el riesgo de poder equivocarme voy a tener dificultades con mis límites. Esta herida de injusticia me va a llevar a desarrollar una máscara de rigidez.
Si ya has identificado una o varias de estas heridas, lo que te propongo es comenzar a sanarlas, desde la compasión, desde el perdón y desde el no juzgamiento para contigo, así como a integrarlas tomando consciencia de que ellas están para permitirnos aprender a través de lo que decimos, de lo que hacemos, de lo que pensamos y de lo que sentimos. Transformarlas para dejar así de repetir una y otra vez situaciones o relaciones que contribuyen en la cristalización de esas heridas en tí, liberarte de las creencias limitantes y revelar poco a poco tu verdadera esencia.
Siempre tienes que ser consciente que estas máscaras no se limitan a la cara, sino que abarcan todo el cuerpo creando así una armadura, por lo que es posible, al reconocer varias heridas, que estas se manifiesten de una manera en la parte alta del cuerpo, de otra manera en la parte baja del cuerpo y de otra diferente en tu carácter.
Es esta una de las razones, entre otras, por lo cual el acompañamiento que propongo implica una lectura holística del Ser en la que tengo en cuenta no solo las heridas del Alma sino en como estas se manifiestan corporal, emocional y energéticamente.
Ya hemos visto como se pueden manifestar física y caracterológicamente, ahora vamos a ver a través de las flores de Bach, como se manifiestan emocionalmente. Ya sabes que pueden prepararte el elixir personalizado con hasta 7 flores que se correspondan con las emociones del momento.
Mimulus, si sientes que tienes dificultades a mostrarte tal cual eres por miedo a ser rechazada por los demás. Prefieres mantenerte a distancia de los demás, en un rincón, aislada, escondida y eso te impide de disfrutar de ser tu misma incluso con aquellos que sienten aprecio sincero hacia ti.
Chicory, si sientes que necesitas desarrollar una telenovela para que los demás se queden junto a ti y para ello utilizas todas las estrategias necesarias, incluso llegando al punto de utilizar síntomas físicos. Tienes dificultad para estar sola contigo, para desarrollar una vida en contacto con tus necesidades.
Pine, si tienes dificultades para ocuparte de ti sin sentir culpa. Si has pasado tu vida anulando tus necesidades para ocuparte de las necesidades de los demás.
Impatiens, si sientes que tienes una necesidad muy grande de controlar todo lo que sucede al exterior, que nada se te escape, para evitar así sorpresas. Vives en un estado constante de hipervigilancia, de impaciencia y de exigencia en tus relaciones ya que tienes miedo de que te mientan.
Willow, para esa sensación profunda de injusticia que tienes y que te lleva a sentir que no eres valorada realmente por quién eres.
Star of Betlhehem, para ayudarte a sanar, a curar estas heridas desde lo más profundo, ya que sino estarías poniendo una curita solamente y frente a una nueva experiencia que te confronte a tu herida, esta se volverá a abrir.
Para sanar completamente las heridas emocionales te invito a que a partir de hoy comiences a,
- Aceptar, la herida como parte de ti misma/o, a mirarla, a observarla y a ser consciente que esta forma parte de la experiencia de vida, en esta vida, que has elegido vivir como ser humano y que es una parte fundamental de quién eres hoy.
- Aprender, de esta herida, aunque te cueste, dejando al ego de lado, reconociéndola sin necesidad de protegerte.
- Soltar, la herida y con ello la máscara, sin juzgarte ni criticarte, sino sintiendo que es lo que ella necesita para ser sanada.
- Permitirte, vivir el enojo con quienes consideras alimentaron esta herida comenzando contigo mismo, como cocreador/a de ella para luego perdonarte, liberarte.
- Decidir, que a partir de hoy vas a comenzar a curarte tomando plena responsabilidad para ello y haciendo uso de mucha paciencia y compasión por ti.
Espero que el artículo de hoy te motive en tu camino de sanación.
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