El mensaje del síntoma, el camino a la aceptación es el camino de la autenticidad
En el artículo anterior te propuse dirigir la mirada al pasado, a mirar tu historia a través de las emociones calladas. Te invite a reconocer tu verdad reconociendo tus emociones, tus sentimientos como forma de comenzar a reconocerte a ti mismo. Reconociendo esta verdad, podías comenzar a dejar de reproducir comportamientos repetitivos y emocionalmente tóxicos reflejando tu malestar interior.
En esta segunda parte te propongo llevar la mirada al síntoma en sí, como punta visible del iceberg, y luego bajar la mirada y decodificar las posibles causas que han provocado esta manifestación y expresión a través del cuerpo.
Etimológicamente la palabra síntoma deriva del latín symptōma, y este del griego σύμπτωμα sýmptōma y hace referencia a una señal o indicio de algo que está sucediendo o va a suceder.
Hoy te propongo, comenzar a reconocer este dialogo, por momentos sordo para comenzar a descifrar el lenguaje en el cual tu cuerpo te habla, como decodificarlo y sanar.
El cuerpo grita lo que la boca calla
Dentro de los muchos síntomas que existen, voy a tomar 3 muy recurrentes en la consulta y que son, los trastornos alimenticios, los problemas intestinales y los problemas de la piel y que tienen muchas veces repercusiones a nivel familiar y social. Síntomas que sin duda alguna deben contar muchas veces y en paralelo con un acompañamiento alopático.
Quizás te reconoces en alguno de ellos, quizás reconoces a alguien de tu entorno, te invito a ir al encuentro de tu propio lenguaje corporal y para esto comenzar por preguntarte
¿Qué síntoma reconocés te atormento durante tu infancia?
¿Qué síntoma te atormenta hoy?
¿Ves alguna relación entre este síntoma y tu historia?
Comenzamos con los
Trastornos alimenticios,
Ya sea que hablemos de bulimia o de anorexia, en cualquiera de los dos casos estamos, como dije antes, frente a un síntoma. Estos síntomas que se manifiestan en algún momento de la vida han sido como semillas sembradas en edades tempranas y ponen en evidencia un disfuncionamiento interior.
Este disfuncionamiento viene muchas veces de una falta de aceptación por parte del entorno de la persona tal cual es que lleva al niño a adaptarse en permanencia para complacer a ese entorno, comienza así un camino sin retorno donde se pone en funcionamiento una y otra vez un mecanismo de adaptación que lo aleja poco a poco de su ser.
Una desconexión con su esencia en la cual se va perdiendo la capacidad a tomar contacto con las sensaciones, con las emociones, con las necesidades propias que se tienen.
En el caso de la anorexia, muchas veces, se ha crecido escuchando palabras, gestos cargados de negatividad, de repugnancia, de aversión hacia el niño/a. Cuando se ha crecido escuchado mentiras todo el tiempo con relación a los alimentos y la alimentación, el niño/ va a resistirse a crecer con este alimento, lo va a rechazar, va a huir de ellos simplemente porque no sabe cuál es el alimento que necesita, no lo conoce y no sabe cómo reconocerlo Solo sabe que eso que se le presenta no es el alimento que le conviene.
Mientras que, en el caso de la bulimia, puede haber una vaga idea de la existencia de este alimento que a través de los atracones sin criterio se busca aquello que se necesita pero que tampoco se conoce porque se ha perdido la capacidad a sentir las sensaciones, las emociones propias.
También, puede ser la respuesta a la hora de calmar la rabia que se tiene frente a este entorno que se le presenta hostil y lo que hace es retornar la agresividad contra sí mismo.
En ambos, la capacidad a saber quién se es realmente se va reduciendo a una máscara.
¿Tengo derecho a sentir?
¿Quién soy yo?
Si te reconocés en estos casos, el primer paso para liberarte será de comenzar a entrar en contacto con tu cuerpo, puerta de entrada a las sensaciones como forma de comenzar a escucharlo, a desentrañar lo que pasa en él. Luego dejarte sentir cuales son las emociones presentes, escucharlas, permitirte sentirlas para solo poder así comenzar a aceptar y transformar lo que vivís.
Comenzar a aceptarte dejando de hacerte violencia, a través de los vómitos o de los atracones, te pide que reconozcas que cada vez que te haces violencia llevándote a esos extremos, estas reproduciendo el rechazo que recibiste por parte del entorno, solo que ahora viene de ti.
Ir al encuentro de las causas detrás de lo que te está haciendo sufrir es el gran desafío tanto para ti como para el terapeuta que acepte acompañarte, ya que el mecanismo de sobre adaptación, que ha sido el cual ha nutrido a este síntoma, se va a poner en juego también en la terapia.
De ahí, la importancia de la confianza en el vínculo interpersonal, un vínculo de aceptación total por parte del terapeuta, libre de todo reproche, de toda mentira, libre de sentimientos de culpa, para comenzar a tejer un vínculo interpersonal sano, que permita reconstruir la conexión que se ha roto.
Volver a reconectarse con los alimentos desde el placer, desde un anhelo autentico de nutrirse respetando y escuchando las necesidades del cuerpo, las emociones y los sentimientos presentes. Restablecer una comunicación sincera, propia en la que se pueda dar lugar a la necesidad de una comunicación nutricia consigo mismo.
Los intestinos,
En los últimos 10 años los intestinos han cobrado protagonismo al poner en relevancia la relación entre estos y las emociones, al punto de ser considerados como nuestro segundo cerebro. Cuando me refiero a los intestinos también me refiero a los órganos que están implicados en la digestión como son el esófago y el estómago, los intestinos delgado y grueso, la vesícula biliar, el hígado y el páncreas.
Los intestinos se encargan de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo, regulando además el sueño y el apetito, así como los niveles de placer en nuestro cerebro.
Los intestinos, cumplen la función de absorber y de integrar no solo los alimentos sino también las emociones, los pensamientos y los sentimientos. Mantienen una comunicación física y química con el cerebro lo que hace que la conexión con este sea mutua, y que lo que afecta a uno afecta al otro en consecuencia.
A nivel físico, manifestaciones como el reflujo, la hinchazón, el estreñimiento y/o diarrea, son la manera en la cual el cuerpo y en este caso los intestinos encuentran para manifestar una disfunción que tiene raíz en las emociones.
Así, la irritabilidad, la culpa, el sentimiento de rechazo (de los demás hacia ti o de ti hacia los demás), la ansiedad, la tristeza e incluso la depresión, pueden ser formas de expresión de unos intestinos en desequilibrio.
Como veras, todo un mundo de interconexiones en la que lo que se piensa, se dice y se hace está entrelazado. Por lo que todo aquello que te cause tristeza, miedo, confusión, un trauma vivido, va a encontrar en los intestinos la forma de manifestarse.
Si tu caso es el de una persona que sufre de estreñimiento, quizás te cuesta soltar y dejar ir las situaciones y las personas. Quizás es difícil para ti confiar en la fluidez de la vida y esto tus intestinos lo van a expresar a través de esta necesidad de retener y de controlar.
La necesidad de control va a generar una tensión profunda que se va a manifestar a través de una indigestión como forma de aferrarse a una falsa seguridad interior. Como consecuencia se genera una dependencia afectiva que esconde emociones de ira, de rabia, de celos, así como de preocupaciones que ralentizan el libre fluir y que carcomen desde el interior.
Esta dependencia afectiva impide que te muestres tal cual eres, que expreses tus emociones, quizás por miedo a como los demás puedan reaccionar, quizás por la necesidad de ser aprobada/o, aceptada/o por tu entorno. Así, la espontaneidad natural de tu ser es rechazada para poder mantener la ilusión de seguridad.
Si tu caso es el opuesto y te cuesta retener, quizás tu cuerpo te esta diciendo que hay una necesidad profunda de huir, de evitar una situación o una persona que te resulta desagradable.
Tu cuerpo reacciona de manera tan intensa que no llega a integrar lo que pasa por él, no puede discriminar lo que recibe, no puede hacer diferencia entre los desechos y los nutrientes, se deja invadir sin ocupar su lugar, sin poner un límite.
A nivel emocional esta situación puede dar cuenta de del rechazo que vivís frente a la situación o persona a integrar, lo que te lleva a eliminarla tal cual la recibiste. No aceptas asimilar aquello que viene del exterior, no lo digerís, ni física, ni mental ni emocionalmente.
Nuevamente el vínculo interpersonal con el testigo cómplice, el terapeuta, es clave en la reconstrucción del ser.
El desafío será, el de en toda honestidad, preguntarte si estas ocupando tu lugar, si estas siendo tu misma/o?
¿Qué es lo que impide que así sea?
¿Cuándo fue la última vez que te sentiste libre y con entusiasmo?
Problemas en la Piel,
Tercer y último gran síntoma recurrente en la consulta del cual quiero compartirte mi mirada.
La piel, es el órgano más extenso que tenemos, es nuestro primer contacto con el mundo, por lo que todo síntoma que la implique pone en jaque nuestra relación con el exterior.
Es la frontera que establecemos con el exterior para “proteger” nuestro interior.
Así que, si presentas síntomas en tu piel, ésta te está hablando a través del desequilibrio de lo que significa para ti el relacionarse con el exterior, ya sea que se trate de una situación como de una persona.
Se pone en juego consciente o inconscientemente tu individualidad, los límites que pones a tu espacio vital, así como la calidad que tienen tus relaciones con el mundo exterior.
A grosso modo se puede ejemplificar así, a una piel seca, una piel que carece de agua, nos podemos preguntar si las relaciones son también secas. A una piel irritada, se puede explorar que o quien esta irritando que la piel reacciona así.
¿Qué o quien genera tanta rabia que la picazón aparece? Una piel que transpira da cuenta de una evacuación en desequilibrio que guarda relación con las emociones que se retienen. eguramente conoces la expresión “rojo de rabia” o de vergüenza que da cuenta de las emociones reprimidas conscientemente que buscan salida a través del cuerpo.
Así, toda anomalía en la piel nos habla de la importancia que damos a la opinión de los demás en nuestras vidas y del miedo a ser rechazados y en el cual la piel se vuelve una barrera natural que permite guardar distancia con el entorno.
Teniendo estos ejemplos como base, podemos continuar así con los demás problemas que pueda presentar la piel.
Como dije mas arriba, siempre partimos de la base que todo síntoma es la expresión de un desequilibrio emocional más profundo, por lo que siempre teniendo en cuenta esto, así como la opinión médica, vamos a ir en la consulta reestableciendo la comunicación entre las emociones y los mensajes del cuerpo.
Las interpretaciones van a ir sin dudas de la mano de la historia de cada persona, por lo que conocerla será clave a la hora de desentrañar este dialogo confuso entre tú y tu cuerpo.
¿De qué me protejo?
¿Qué me hace reaccionar así?
Exploración emocional a través de las flores de Bach
Te propongo algunas flores en relación directa, según mi modo de ver, con los síntomas presentados anteriormente. Siempre teniendo en cuenta que las flores de Bach no tratan síntomas, sino las emociones que los producen y que solo a través de una consulta personalizada podremos explorar en profundidad las emociones que generan estos síntomas.
Cherry Plum,
Si sentís que estas a punto de perder el control, que tu cuerpo es como una olla a presión que en cualquier momento estalla y se deja llevar por el impulso o la compulsión de dañarte a ti misma/o, en cualquiera de las formas que esto pueda tomar. Cherry Plum puede venir a aliviar y enfriar esta situación, recentrarte para luego afrontar la crisis, el impulso, y ver claramente los recursos con los que contas.
Crab Apple,
La Crab Apple es una de las flores por excelencia purificadora que encuentras no solo en forma de elixir sino también en la crema Rescue Cream, la podés utilizar como complemento cuando hay problemas en la piel.
Si, el síntoma despierta emociones de asco, de repugnancia sobre todo hacia ti, si sientes que tus pensamientos o acciones están tomando un tinte repetitivo y obsesivo, Crab Apple, podrá acompañarte a reequilibrar “limpiando” en todos los niveles, físico, mental, emocional y energético. Te acompañara a tomar consciencia del porque esta necesidad de repetir algo, por ejemplo, el lavado de manos.
Chicory,
Esta flor podrá acompañarte si sentís que estas reteniendo tus emociones y generando con ello una congestión, emocional y física porque “absorbes” demasiado. Chicory, va a venir a sostenerte y permitirte desapegarte, soltar la tensión generada por esta retención y eliminar física y emocionalmente.
Holly,
Flor de hipersensibilidad, Holly puede acompañarte si estas sintiendo emociones negativas destructivas que generan esta erupción y que te llevan como volcán a estallar. Los frutos de Holly son de color rojo, color que invita a pensar en la rabia contenida y con el hecho de tener las emociones muy a flor de piel muy en reacción. Así, en equilibrio, Holly te permitirá abrir tu corazón al amor universal, aceptando que no todo esta dirigido a ti, a “atacarte”. Calmando esta necesidad de reaccionar frente al entorno.
Pine,
Si tenes sentimientos de culpa, de remordimientos injustificados, que generan inconscientemente una forma de autocastigo, de autoagresión, así como si tenes tendencia a pedir disculpas continuamente.
Pine te puede acompañar a reequilibrar estas emociones permitiéndote ver las cosas tal cual son, a discernir y a asumir las responsabilidades que te corresponden.
Aceptar es constatar, reconocer lo que es, lo que se presenta sin juzgar sin querer cambiar, sobre todo en lo que concierne a los demás. Focalizarte en ti y soltar para y solo así poder acoger fácilmente incluso aquello con lo que no estás de acuerdo.
Sweet Chestnut,
Si sentís una angustia profunda por la situación que estas viviendo, por sentir que el síntoma te ha llevado al límite de tus fuerzas. Sweet Chestnut, te aportará una dosis de esperanza, de alivio, pero sobre todo te permitirá aceptar y soltar para poder luego dar paso a la transformación a la regeneración, interior y exterior de tu persona, haciendo confianza en la vida.
Star of Betlhehem,
Una de las flores que forman parte de la formula de urgencia, la Star of Betlhehem te acompaña a sanar los traumas vividos no resueltos de ayer y de hoy, conscientes o inconscientes. A nivel físico, es la flor que va a estimular la reparación, que va a permitir relajar las resistencias, así como cicatrizar las heridas.
Vervain,
Vervain es la flor del entusiasmo elevado a la décima potencia! En ese movimiento hay tanta energía que en el desequilibrio puede desbordarse, explotar generando a nivel físico cuadros inflamatorios y dolorosos. Si sentís que tu cuerpo se expresa a través de un síntoma de forma eruptiva, a través de una inflamación, abscesos, u otro síntoma agudo, te invito a ir al encuentro de la emoción que está detrás. Vervain te aportará moderación a la hora de expresar tu emoción y en consecuencia el síntoma generado.
Walnut,
Flor de hipersensibilidad relacionada a la capacidad de adaptación a los cambios. Si sentís que los cambios te cuestan y que para ello usas a tu cuerpo como barrera, desde lo duro, lo rígido. Walnut puede acompañarte y facilitarte así la adaptación de una manera más dulce para ti.
En cuanto a la posología, puedes consultar aquí como prepararte tu elixir personalizado.
Para concluir,
El cuerpo y su lenguaje son las expresiones auténticas de nuestro verdadero yo, así como la fuerza de nuestra vitalidad. Cuando nos encontramos disociados de las sensaciones, de las emociones, se produce un desequilibrio que nos aleja en consecuencia tanto de nuestro yo como de nuestra vitalidad, entramos así en un conflicto con lo que sentimos y expresamos, con lo que nuestro cuerpo ha registrado.
Comenzar a salir de este círculo vicioso del autoengaño, de la hiper adaptación al entorno va a permitir liberar los síntomas de las enfermedades con los que el cuerpo llama la atención. Se toma consciencia de las emociones que están detrás y se comienza también a aceptarlas, a liberarlas para dar paso a una relación autentica consigo mismo.
Comenzar a comunicar sin miedo a la pérdida de las apariencias, teniendo claro que para ello habrá que dejar caer la mascará que impide este intercambio sincero.
En este camino es fundamental para el paciente el apoyo terapéutico como forma de sentirse aceptado, autorizado a expresar sin miedo sus inquietudes, sus sentimientos en vez de negarlos por miedo a la reacción. Solo así podrá ir liberándose de sus expectativas infantiles para comenzar a vivir de manera adulta la realidad actual.
La confianza recíproca como parte del vínculo interpersonal facilitará la expresión de sentimientos e ideas propias. Rompiendo así con la comunicación confusa en la que se da una tergiversación de los hechos, así como la acusación a otros de emociones indeseadas que se pueden tener, que en el fondo van dirigidas a los padres y que alimentan el mecanismo de repetición.
En el acompañamiento que te propongo la invitación es la de tomarte el tiempo para sentir las sensaciones de tu cuerpo, para escuchar lo que estas te cuentan, para reconocer tus heridas y comenzar a tejer puentes con tu historia dándole sentido a la misma de manera coherente para tí y dejando así la necesidad de reaccionar a través de tu cuerpo. Comenzar a contactar con tu capacidad interior para poner límites, contactar con tu fuerza para decir basta de otra manera que no sea a través del síntoma.
Una reconexión con tu parte adulta que te va a permitir poner nombre a tus emociones, a tus sensaciones, permitiéndote vivirlas en coherencia con tus necesidades de adulto de hoy, asumiendo tu lugar, tu espacio vital. Al aceptar tu verdad, vas a comenzar a salir del círculo de repetición ya que vas a dejar que tu cuerpo también viva esta verdad y que exprese su propia naturaleza interior, sin miedo al conflicto, sin miedo a ser rechazada/o, sin miedo a ser abandonada/o. Vas a comenzar a aceptarte y amarte tal cual sos.
Espero que el artículo de hoy te motive a continuar tu camino.
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Katherine C. López -EspaceAmbar Espacio de desarrollo & de evolución personal consciente