Katherine C. López

Psicoterapeuta

Tu cuerpo, tu aliado. Cómo ayudarte a ti mismo escuchándola y liberando su verdad. Parte 1

Cuando acostumbras a tu cuerpo a no sentir porque has vivido situaciones de desprecio, de maltrato, de amenaza, cuando has aprendido a reprimir las emociones, tu cuerpo va en algún momento a revelarse contra eso. Se va a revelar contra la negación, contra la falta de reconocimiento, contra el menosprecio, contra las críticas, contra el miedo vivido, aumentando el tono, en este caso a través de los síntomas, que irán subiendo en intensidad hasta ser escuchados.

La negación que utilizas de manera inconsciente frente al sufrimiento que has podido padecer en tu infancia va a manifestarse llevándote a disociarte de tus emociones, a disociarte de tus sensaciones, no permitiéndote sentirlas. Vas a crear una muralla de protección emocional y física para no escucharte.

En la primera parte de este artículo de hoy, te invito a mirar hacia el pasado, a mirar tu historia a través de tu cuerpo. A que comiences a escuchar lo que este cuerpo tiene para decir ya que solo de esta manera es que vas a poder liberarlo de su prisión. Una prisión que se ha ido construyendo con síntomas físicos, con esquemas de repetición, con relaciones conflictivas, con emociones ahogadas.

Pero, ¿porque te propongo mirar hacia atrás, ¿porque mirar hacia el pasado?

Porque como niños somos un terreno fértil en el cual nuestros padres van a plantar una semilla que va a crecer nutriéndose de lo que la tierra y el entorno le ofrece. Así, algunos niños serán nutridos con amor, respeto, autonomía, reconocimiento, autenticidad, mientras que otros serán nutridos con miedo, falta de confianza, culpa, humillaciones, rabia, frustración. A medida que vayan creciendo estos niños verán su vida rodeada o de malas hierbas que le consumirán su energía o de tutores que lo acompañaran en un crecimiento sano.

Así, adultos que en su infancia carecieron de amor y sufrieron de maltrato, se convierten generalmente en seres dependientes, ya sea, de sus padres como de otras personas con las que se relacionan (pareja, amigos, colegas de trabajo) dado que saben de lo que carecen. Reproduciendo el modelo educativo antes recibido y esperando que sean hoy otros lo que los entiendan, los apoyen, los respeten y los liberen de las decisiones difíciles de la vida. Esta posición de espera será a la vez una posición de fuerza que le permitirá disipar el miedo de niño confundido.

Una espera que se alimentara de la negación de la realidad de la infancia volviéndose así prisioneros de la dinámica infantil de expectativas. De igual manera, adultos que como niños han reprimido sus sentimientos verdaderos y espontáneos se volverán adultos incapaces de interesarse por los sentimientos ajenos.

¿Te reconoces en algunas de estas palabras?

No intentes jamás sanar el cuerpo sin antes haber sanado el Alma. Hipócrates

Te propongo comenzar a reconocer lo que está perturbando hoy tu vida, ya sea a nivel emocional como a nivel físico o incluso quizás en los dos niveles. Solo una vez que lo puedas reconocer, podrás comenzar a buscar la salida de este círculo de repetición en el que estas.

Vas comenzar así a deshacer lo que esta, para poder luego rearmarlo, reconstruirlo sobre una nueva base que te permita a la vez reconstruir las conexiones con las emociones ahogadas, y liberar el cuerpo de esa armadura en la que se encuentra. Esto te va a permitir comenzar a crear un nuevo vinculo sano contigo mismo en el cual vas a dar voz a tu propia historia y a tu verdad.

En este camino al reconocimiento de tu historia y de tu verdad de lo primero que vas a tener que liberarte es de la ceguera emocional en la que te encuentras.

¿A qué hago referencia con esto?

Hago referencia al hecho de que muchas personas que han sido víctimas de maltrato en su infancia siguen siendo leales a la memoria familiar de honrar y respetar al padre y a la madre generando así una confusión interior tan fuerte que la sola manera de sobrevivir a ella es la de disociarse de las emociones, por eso el nombre ceguera emocional.

Están mismas victimas de maltrato son las que muchas veces se ven luego ocupándose de sus padres en la vejez, incluso cuando estos continúan con el maltrato.

Quizás sos parte de este grupo, que sepas que con esta lealtad que has reprimido lo que estás haciendo es reprimir la propia verdad y vivir en una ilusión.

Una ilusión que será alimentada con la esperanza de recibir algún día el amor autentico que se te ha negado y así no volver a ser rechazado. Esta herida de rechazo guarda en ella la esperanza de conseguir algún día el amor de los padres a cambio de ser comprensivo y respetuoso.

Como consecuencia de esta represión, aparecerá el síntoma que será heredado de generación en generación, hasta que alguien decida hacer un trabajo sobre si y liberarse a sí misma y en consecuencia a todo el clan familiar.

Es por eso por lo que es tan importante que salgas de la ceguera emocional ya que esto te va a permitir mirar la realidad en la que has vivido como niño y que quizás continúas viviendo como adulto, vas a poder así poner fin a la negación y a la represión.

Hay algo que es claro y es que no existen los padres perfectos, todos cometen errores en mayor o en menos medida. Pero hay una gran diferencia entre un padre maltratador, perverso, manipulador, cruel y uno que no lo es.

¿Puedes ver la diferencia?

La diferencia es que muchos padres cuentan con una forma de disfuncionamiento que se hace invivible para el niño, que le hacen mal. Que hace daño a nivel emocional, a nivel físico, a nivel psicológico un daño que va a acompañar a este niño hasta la edad adulta ya que este daño es cotidiano y a largo plazo.

Tus emociones no son un lujo, sino un complejo recurso para la lucha por la existencia

A. R. Damásio

Venerar a los padres se sostiene sobre dos pilares,

El primero es el vínculo destructivo del niño maltratado con su verdugo que lo va a llevar a un comportamiento masoquista

El segundo es la moral, que amenaza con una muerte temprana en caso de confesar que no se quiere a los padres.

¿Qué pasa en tu cuerpo cuando niegas las emociones intensas y verdaderas?

Pasa que cuando la base de las relaciones se ve teñida de miedo, de sentido de deber, el amor verdadero es frenado en su expresión y las ganas de construir una relación distendida y de confianza pasa a ser parte de esta ilusión.

Estarás de acuerdo conmigo en que el amor no se puede forzar, en que es una expresión espontánea y que cuando se fuerza algo, se vive en el autoengaño, nuevamente heredando esto a la siguiente generación.

¿Como podrías comenzar a liberar tus síntomas?

El conflicto primario se da entre lo que sentís y lo que sabes, así, lo que sabes se va a quedar guardado en tu cuerpo desarrollando una armadura y con esto se va a crear una lucha con lo que te gustaría sentir para poder responder realmente a lo que se espera de tí. La no expresión de estos sentimientos reales va a traerte como consecuencia los síntomas, ya que queda registrado en cada parte de tu cuerpo la historia completa que se has vivido.

Lo que hay que tener claro es que el cuerpo es la fuente de toda información, es lo que te permite tener autonomía y autoconsciencia, a medida en que aceptas a tus emociones, te vas a estar dando permiso para ir liberando el pasado y con esto, los síntomas.

Pero, ¿como salir de esta circulo de repetición?

Para comenzar a romper este círculo de repetición, es muy importante que comiences a reconocer tus sentimientos reales presentes, aquí y ahora, sobre todo aquellos que te resulten desagradables. Que comiences a dejar de negar la verdad inscripta en tu cuerpo y que comiences a sentir el dolor reprimido, que comiences a mirar tu historia con la distancia justa que le permite así a tu cuerpo, que ya la conoce emocionalmente, integrarla y dejar de reprimirla.

¿Qué historia sentís que tu cuerpo quiere expresar?

Quizás quiere expresar síntomas que lo acompañan desde hace años o quizás síntomas que están comenzando a manifestarse. En todo caso, reencontrarte con tu propia verdad te va a permitir liberarte de la depresión, salir del agotamiento, comenzar a sentir que la energía crece y todo porque vas a estar dándole lugar a tu cuerpo para que exprese su historia, para que te cuente su verdad. Ya que es el cuerpo, al fin y al cabo, el guardián de todo aquello que has vivido alguna vez.

Así, el cansancio que podés sentir en la depresión es una consecuencia directa de la represión de las emociones intensas vividas que has minimizado y que han ido a inscribirse directamente en tu cuerpo como recuerdos por no prestarles atención.

Tenes que tener claro que es tu cuerpo quien sabe con exactitud lo que necesitas, que conoce lo que has tenido que soportar y que sabe lo que necesitas para liberarte. Por eso la importancia de volver a ti, de volver a tu cuerpo, de conectarte con él. Es por eso que cada enfermedad que se pueda presentar hoy en tu vida adulta tiene una relación directa con lo que has vivido en tu infancia.

Muchas veces, las enfermedades graves, así como las muertes tempranas, o los suicidios son el resultado de haber reprimido los sentimientos a cambio de someterse a reglas que asfixian y amenazan la autenticidad del Ser.

El adulto que conoce su verdad se sentirá comprendido, respetado y protegido por el cuerpo

A. Miller

¿Porque el que reconozcas tu propia historia duele tanto?

Porque primero y principal, somos parte de una sociedad en la cual el culpar a los padres sigue siendo mal visto y eso es otro impedimento en el camino a liberar el síntoma y expresar las emociones. Esta sociedad ejerce una presión a la cual es difícil, sobre todo si a eso le sumamos el peso que ejerce la religión judeocristiana. Se sigue naturalizando el maltrato infantil, sobre todo por parte de aquellos que lo han padecido y solo después de un tiempo determinado en el cual toman contacto con el sufrimiento vivido en la infancia, es que comienzan a admitir sus sentimientos.

Comienzan a darse cuenta de que no es normal recibir golpes, que no es normal ser humillado por el peso que se tiene, que no es normal ser tratado como un objeto, como un cuerpo que se puede manipular sin respeto, del que se puede abusar.

Estas vivencias, así como muchas otras son las que quiebran al Ser, generando un sufrimiento anímico que se prolongara en la edad adulta.

Es por eso por lo que es tan importante reconocer estas heridas reconstruyendo así la historia, la verdad propia a cada uno y comenzar a sanar, aunque muchos padres puedan sentirse atacado por ello en el camino.

En este camino de despertar el que comiences a aceptar tu historia implica también que comiences a ver a tus padres tal cual son, de forma realista, liberándote de esta compulsión de deber un amor y una gratitud incondicional. Entender así quien se es detrás de esa historia desde las emociones, poder comenzar a romper el vínculo de dependencia para así reparar los daños de la infancia.

Porque como en todo adulto que ha sido maltratado como niño, anida en ti de manera inconsciente ese miedo a ser castigado, solo cuando logres haces consciente este miedo es que vas a estar dando lugar a la transformación de toda esa rabia.

El testigo cómplice

En todo este camino va a ser crucial que puedas contar con alguien que te acompañe, con un cómplice con quien puedas liberarte de las consecuencias de los malos tratos, con quien vas a compartir el horror, la indignación de lo vivido, una persona que te escuche desde el respeto, la empatía, el no juzgamiento y que pueda entender como has sido y como sos, y aceptarte.

Poder tener al fin el permiso de expresarte sin tener que hacer pagar a tu cuerpo el sacrificio de la represión. Una persona con quien compartir las emociones de sufrimiento que son las que te van a permitir revelar lo que has tenido que pasar solo mientras tu cuerpo y tu Ser luchaban por la supervivencia.

Este cómplice es el terapeuta y la relación que con el tengas es la que te permitirá aceptar el papel de tus padres, la relación con estos y sanar. Muchas veces son las lealtades al pasado lo que han permitido, por un lado, sobrevivir a esta relación y por otro lado el que te sea muy difícil imaginar vivir sin ella.

Sera solo gracias a este acompañante terapéutico, que podrás aceptar tu verdad, que comiences a dejar de compadecerte de tu verdugo a intentar entenderlo, justificarlo, así como a sentir sus propios sentimientos disociados no vividos. Podrás comenzar a condenar sus actos con claridad trayendo al cuerpo el alivio que este necesita. Liberarte pudiendo hablar desde un lugar verdadero coherente con lo que siente tu cuerpo sin necesidad de caer en la compulsión de la hipocresía.

Solo después de que hayas dado este paso es que vas a poder dar el siguiente que será, volver a renovar la confianza en la capacidad de sentir lo que es bueno o malo para ti escuchando tus necesidades ya que cuanto más fiel seas a ti mismo más claro hablara tu cuerpo. En el caso contrario, tu musculatura se bloqueará creando tensiones.

Muchas veces se vive con una percepción distorsionada de quien se es, de lo que se siente y de lo que se necesita, se pasa así a vivir en piloto automático anestesiando lo que hay debajo, por miedo al dolor. Por miedo a reconocer emociones como la rabia, como el odio, que son signos de dependencia mientras no las liberas, solo una vez que liberas estas emociones es que dejas de depender emocionalmente del otro.

Que sepas que una vez que comienzas a aceptar la realidad vivida, que comienzas a escuchar a tu cuerpo, a sentir empatía por el niño interior maltratado, a darte atención, a comprenderte, a protegerte si es necesario. Una vez que comienzas a proporcionarte a ti mismo el amor que necesitas, es que vas a salir de la compulsión de repetición.

La confusión en la que has vivido comenzará a desaparecer poco a poco lo que te permitirá comenzar a tomar las riendas de tu vida descubriendo que sos tú mismo quien puede venir a colmar estas necesidades que desde tu nacimiento o incluso desde antes están esperando ser satisfechas.

Y esto se dará porque has tomado la decisión de renunciar a tus expectativas infantiles que te colocaban en vínculos de dependencia. Porque has decidido romper con el vínculo destructivo compuesto por gratitud, compasión, negación, nostalgia enmascaramiento, expectativas que nunca se iban a satisfacer.

Muchos pacientes me hablan de amar y perdonar a sus padres maltratadores y es importante tener en cuenta el grado de culpa que se agrega a lo que ya está cuando no se logra esto.

Considero que tanto el amor como el perdón forzado, refuerzan la compulsión a la repetición, así como las expectativas, las ilusiones y las negaciones que alimentan el espíritu de la mentira.

No se debe perdonar a padres que han maltratado quizás solo si estos reconocen sus errores y se disculpan por ello. En ese momento y teniendo en cuenta que el cuerpo es guardián de la verdad, pregúntale a él por las emociones que siente hacia tu padre y hacia tu madre.

De otra manera, el perdón como medio de sanación no es real, sino parte una ilusión que te hace quedar prisionero de una quimera en la cual como niño que quiere a sus padres vas a reforzar una dependencia que se alimentara del odio.

Este tema era algo de lo que hace ya un tiempo quería hablarte ya que para muchos de mis pacientes que han vivido el maltrato seguía siendo un tabú lleno de culpa poder expresar las emociones más fuertes como la ira, la rabia, el odio hacia sus padres maltratadores.

Siento que todavía queda mucho camino por andar, mucho por decir.

La vida esta hecha para vivirla, desde el respeto, desde la autenticidad y desde la coherencia para consigo mismo primero, luego para con los demás.

Espero que el artículo de hoy te motive a continuar tu camino.

Puedes enviarme tus comentarios, por correo electrónico a katherine@espaceambar.be o dejarlos directamente aquí al final.

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