Katherine C. López

Psicoterapeuta

La vuelta a clases con las flores de Bach

Cada nuevo curso escolar marca tres cosas: el final de las vacaciones, el comienzo del nuevo año escolar y la vuelta a la vida cotidiana.

El final de unas vacaciones suele ser sinónimo de despedida, tanto de lugares como de personas con las que hemos compartido momentos que permanecerán en nuestra memoria.

Para muchos, estos intensos momentos dejarán una huella emocional, mientras que para otros, la despedida se sentirá hasta los huesos.

Es hora de hacer nuevos propósitos, encontrar un nuevo ritmo y adaptarlo de forma que convenga tanto a los niños como a los adultos.

Los niños viven la escuela de forma diferente, dependiendo de su personalidad, sus experiencias y su madurez, así como de la relación con sus padres y la separación.

Para los que entran por primera vez en la guardería o la escuela primaria, esta transición significa abandonar la comodidad del hogar, dejar atrás lo que les es familiar, sus juguetes, sus padres. Hoy me gustaría compartir con ustedes tres experiencias diferentes que he recogido.

La primera es la historia de Juan, que tiene 4 años. Juan está a punto de empezar su segundo año de guardería. Ya conoce el colegio y a sus compañeros, pero después de las vacaciones se lo ha pasado muy bien con sus padres y, aunque sabe que estará con un buen amigo, Juan no quiere ir al colegio.

Su madre me cuenta que Juan es reacio a ir al colegio, que se pone triste cuando piensa en ello y que lo que más le interesa es quedarse en casa y jugar con su madre.

Una flor que podría ayudar a Juan es el Nogal, para que esta transición le resulte más agradable. Walnut le ayuda a aceptar esta nueva situación.

Otra madre me dice que está preocupada y un poco ansiosa porque su hija Carla, de 3 años y medio, está a punto de empezar su segundo año de guardería en un colegio nuevo. Se pregunta cómo afrontará su hija todos estos cambios. Carla está contenta de poder ir a la escuela.

Red Chestnut podría ayudar a esta madre a vivir este momento con menos ansiedad y más confianza en las capacidades de Carla. Carla, al notar que su madre está relajada, aumentará su confianza en sí misma al afrontar esta nueva experiencia en su vida.

En el último testimonio, conocemos a Zahir, que, tras haber cambiado varias veces de colegio y haber tenido algunas malas experiencias, ahora se prepara para empezar su primer año en la escuela con gran entusiasmo por ver a sus compañeros. Su madre, por su parte, tendrá más tiempo para sus actividades, ya que me cuenta que, para ella, ¡el curso escolar es sinónimo de vacaciones!

Quizá su madre, Herlein, podría recurrir a Olive si siente que necesita recuperar fuerzas tras estos meses de «trabajo».

No cabe duda de que la forma en que los padres vivan esta vuelta a la vida cotidiana en la escuela influirá en el tipo de experiencia que tendrán sus hijos.
Por eso es tan importante que los padres puedan acompañar esta exploración emocional desde un lugar de apertura que permita a los niños aceptar estas emociones y luego superarlas.
En general, durante la consulta, ofrezco flores tanto a la madre como al niño, ya que están muy unidos, y los miedos de uno pueden afectar al otro, al igual que las rabietas o los niveles de paciencia. En definitiva, todo un abanico de emociones que trabajamos simultáneamente.

Si quieres ponerte manos a la obra y prepararlos tú mismo, sigue las instrucciones aquí.
Para ir más allá y establecer un R.D.V.

Muchas gracias a las madres que han contribuido compartiendo sus experiencias.

Katherine C. López
Consultora y formadora en flores de Bach
Psicoterapeuta en análisis bioenergético
Terapeuta energético
Profesional de la hipnosis humanista


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