Katherine C. López

Psicoterapeuta

El cuerpo hijo del Trauma: como volverlo un cuerpo vivo y vibrante

Generalmente cuando he leído, estudiado sobre el trauma he leído el énfasis que se hace sobre las consecuencias que este ha dejado en las personas, ya sea lo que hayan vivido en 1era o en 3era persona.

Muchas veces, personas que han vivido situaciones de vida extremas, como guerras, personas en condición de refugiados, personas víctimas de violencia. Todas viven este instinto de sobrevivencia al límite permaneciendo “atrapados” en él.

Eso ha llevado a caer, erróneamente a mi gusto, en la creencia de que solo estos grupos concretos de personas por haber vivido lo que han vivido están traumatizadas. Lejos de eso, el trauma es una herida, un choque físico y/o psicoemocional que ha tocado la puerta de más personas de las que se creen. Simplemente, se ha subestimado esas heridas sin abordarlas, sin resolverlas, sin integrarlas, cargándolas/ llevándolas a cuestas y con esto sus consecuencias.

¿Pero concretamente que es un trauma?

El trauma, es definido como tal en el momento en que, siendo una experiencia física, psicológica y/o emocional, desborda nuestra capacidad de reacción habitual.

Entre estas experiencias vamos a encontrar 2 grandes grupos, aquellas relacionadas con las catástrofes naturales

  • Terremotos
  • Huracanes
  • Tornados
  • Inundaciones, entre otras

Y aquellas relacionadas a lo humano

  • Accidentes
  • Perdida de un ser querido
  • Violencia domestica
  • Agresiones sexuales
  • Conflictos armados, entre otros

Como decía antes, el trauma puede también afectar a personas indirectamente vinculadas, como es el caso del personal sanitario que trabaja en países en guerra. O que como en este periodo tan particular que estamos viviendo de pandemia el personal sanitario se ha visto llevado al límite físico y psico-emocional.

El trauma aquí seria indirecto, ya que hay una exposición a una situación de estrés sostenido de la que no se ve el fin, generando secuelas de estrés postraumático.

Quizás estés leyendo esto y no te consideres una persona que ha vivido un trauma “tan” al límite, como otros. Sin embargo, quizás si te reconoces en alguna de sus manifestaciones

  • Problemas gastrointestinales
  • Agotamiento
  • Dolores físicos
  • Impaciencia
  • Irritabilidad
  • Reacciones agresivas
  • Alerta
  • Alteración de la percepción
  • Disociación
  • Emociones negativas
  • Trastornos de ansiedad – Pánico
  • Pesadillas
  • Conductas de excitación
  • Pérdida de memoria
  • Falta de concentración
  • Sueño perturbado
  • Cansancio
  • Hipersensibilidad emocional (llanto excesivo u hostilidad)

Estos son algunos síntomas que pueden indicar que se vivió un trauma y que se está en un estado de estrés postraumático (PTSD). Muchas veces vivido en silencio ya que no hay sostén por parte del entorno, que no entiendo porque no se puede pasar de página y seguir.

¿Te reconoces en alguno de estos síntomas?

Quizás desde tu entorno has recibido la remarca que estas “un poco más”, ¿sensible, triste, irritable que habitualmente?

¿Qué es lo que pasa a nivel interno que impide soltar?

Voy a intentar explicar de manera simple lo que sucede a nivel del organismo.

Cuando se vive una situación de estrés, se produce a nivel corporal una excitación energética natural como respuesta, que se manifiesta a través de temblores voluntarios que permiten evacuar la tensión vivida del organismo, así como a nivel neuroquímico donde se ha producido el shock para luego volver al estado primario de reposo y de relajación.

Cuando nos vemos confrontados a comportamientos postraumáticos, cuando se reacciona ante el trauma, lo que se produce en nosotros interiormente es la interacción entre los diferentes sistemas y mecanismos de sobrevivencia para obtener un objetivo común que es la evolución de nuestra especie.

Entonces las preguntas que vienen son,

¿Porque no se produce este reequilibrio natural?

¿Qué pasa cuando esta respuesta no se produce?

1) Puede pasar que la persona haya inhibido estos temblores por lo que la sobrecarga energética va a quedar contenida en los músculos generando así un estado de tensión crónica en el organismo.

Esta energía va a quedar bloqueada en un círculo neuronal y físico, llevando a la persona a una compulsión de repetición.

2) Puede pasar que la persona se vea sometida, ya sea por vivir en un ambiente traumatógeno o por vivir un trauma de forma repetitiva y/o sostenido que no pueda expresar esta sobrecarga energética.

En ambos casos, lo que va a pasar es que mientras la persona no tiemble, o sea no relaje sus tensiones, no podrá volver al estado de reposo y de recuperación que le permitan superar el trauma.

Así, quedar en un estado de sensibilidad tal que reaccionar de forma inapropiada a las situaciones de estrés cotidiano. La persona permanecerá atrapada en una forma de pensamiento compulsivo y de victimización de caos mental, hasta que en algún momento pueda hacer consciente y comenzar a explorar lo que ha vivido.

Es por eso que muchas veces la persona que vive un trauma a edad temprana solamente años más tarde de su vivencia traumática va a comenzar a hablar de lo vivido.

El camino del reencuentro

El trauma es considerado como un proceso evolutivo de la especie humana.

El proceso de sanación del estrés postraumático comienza a través de la exploración de sí mismo, en lo que concierne el mundo psicoemocional y que va a permitir aceptar lo que se ha vivido. Luego explorando a nivel del cuerpo y del contacto con las sensaciones con el fin de habilitarse a sentir nuevamente estos temblores reparadores. Para dar así paso a la resiliencia desde un lugar de relajación, opuesto al lugar de tensión muchas veces crónica en el cual se estaba, redefiniendo la forma en que habitamos nuestras vidas.

El hecho de trabajar a nivel del cuerpo es ya que este va a tener una influencia sobre lo psíquico y viceversa, por lo que cuando hay un cambio de pensamiento, hay consecuentemente un impacto a nivel físico y cuando se produce un cambio a nivel corporal, hay un efecto a nivel psíquico.

¿Como lograrlo?

Despertando los recursos internos naturales que viven en cada uno de nosotros y que nos permiten sanarnos a nosotros mismos de muchas experiencias traumáticas. Entre estos recursos están el soltar.

¿Como soltar?

Soltar, invita a tomar contacto con el cuerpo, con las sensaciones, comenzar a sentir y sobre todo comenzar a dejar que el cuerpo se exprese liberando las tensiones atrapadas en él gestionando mejor el estrés ya que el sistema nervioso se calma.

Comenzando así un proceso de liberación del pasado que permitirá una transformación psicoemocional y física para comenzar a autorregularse, sanar y vivir el presente que se quiere vivir desde un estado de equilibrio y de calma.

Para tomar contacto con el cuerpo te voy a proponer hoy algunos ejercicios, estos ejercicios han sido desarrollados por David Berceli analista bioenergético especializado en traumatología y en resolución de conflictos, y llevan el nombre de método T.R.E (Trauma Release Exercises)

Estos ejercicios están destinados a liberar las tensiones reduciendo así el estrés postraumático y reforzando la resiliencia. Te invitan a tomar parte activa en tu camino de sanación postraumática ya que cuando liberas la energía de esta experiencia traumática puedes estar más disponible para ocuparte de tu vida en el presente.

Cuando esto no es posible es nuestro EGO que habla, que niega directamente las tragedias de la vida. Que se niega a perdonar, a poner un punto final en las experiencias que han marcado nuestras vidas impidiéndonos así ir hacia adelante.

on los ejercicios T.R.E, lo que te voy a proponer hacer, es ir a provocar estos temblores que van a venir a relajar las contracciones musculares provocadas por un shock, un traumatismo y que se encuentran tan profundamente arraigadas que se han convertido en crónicas.

1) Ejercicio

Te invito a ponerte de pie, a abrir las piernas el ancho de los hombros, y a estar de preferencia sin medias puestas. Tome algunas respiraciones abriendo las mandíbulas.

Ahora, vas a girar los dos pies en la misma dirección de manera a que uno de tus pies se mantenga sobre el borde exterior y el otro pie sobre el borde interior. Vas a mantener esta posición algunos segundos…

Luego, vas a girar tus pies sobre el otro borde.

Realiza este movimiento manteniendo la posición tres veces de cada lado, balanceándote muy lentamente de derecha a izquierda y viceversa. Cuando hallas terminado, vas a sacudir los pies.

2) Ejercicio

Vas a poner uno de tus pies delante de ti y llevar todo el peso de tu cuerpo hacia esta pierna. La pierda de atrás va a permitirte mantener el equilibrio.

Sube sobre la punta del pie, de la pierna que trabaja, levantando el talón lo más alto posible y luego apoya tu pie en el suelo.

Sube nuevamente entre cinco a siete veces más, y luego déjalo el pie en el suelo. Este ejercicio puede hacer que tus músculos se contraigan. Si la contracción se vuelve dolorosa o te provoca una sensación de ardor, puedes parar el ejercicio porque significa que has cansado tus músculos dentro de sus límites.

Vuelve a ponerte sobre ambas piernas y sacude vigorosamente la pierna que acabas de trabajar para eliminar cualquier dolor, ardor o molestia.

Repite con el otro pie. Cuando termines, agita la segunda pierna vigorosamente para relajar los músculos de la otra.

3) Ejercicio

Inclinado hacia adelante y dejando la cabeza ligera, lleva una pierna hacia atrás y arriba. Dóblala y estírala 10 veces Siempre respirando por la boca.

Luego, baja la pierna, descánsala y pasa a la otra, dóblala y estírala 10 veces.

Relájala y levántate lentamente, toma algunos minutos para sentir.

Espero que estos 3 ejercicios te hayan abierto la puerta a un contacto con tu cuerpo vivo y vibrante conectado con tus sensaciones, te recomiendo que los realices máximo durante 15 minutos.

La frecuencia la decides tu ya que no hay una frecuencia recomendada, sino que tienes que encontrar aquella que te corresponda a ti. Evidentemente cuanto más lo practiques mejor será, lo puedes también incorporar a tu rutina de ejercicios.

Si te intereza leer más sobre el trauma, te dejo aquí el link del sitio del Dr. Berceli https://traumaprevention.com/about-dr-david-berceli/

En el acompañamiento que propongo estos ejercicios forman parte del trabajo de sanación. Si quieres saber más sobre esta forma de trabajo u otra de las terapias, puedes contactarme a la siguiente dirección:katherine@espaceambar.be.

Espero que el artículo de hoy te motive a continuar tu camino.

Puede enviarme sus comentarios, por correo electrónico a katherine@espaceambar.be o dejarlos directamente aquí en el final

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